A veces uno se pregunta ya no, si existe una vida después de la muerte, sino más bien por las probabilidades. ¿Qué sería más probable? ¿Que nuestras vidas tengan un sentido último, y éste, por acción de fuerzas innombrables, se transmitiera más allá de nuestra existencia? ¿O será, más bien, que es nuestro contacto con los otros, de cualquier manera, que los impulsa a seguir con aquello que defendimos? En una forma u otra, se entiende, o si no la vida sería una inútil replicación de cromosomas sin posibilidad de mutaciones.
Es más probable que esa fuerza innombrable seamos nosotros. En ese caso, es una suerte tenernos. Por mientras vivamos... y más allá.
Wednesday, March 11, 2009
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