Wednesday, September 2, 2009

zapatos a tu zapatero

...entonces pensé, desde el abismo del aburrimiento profundo, que tal vez eran mis zapatos quienes llevaban la peor parte del día? Andar, andar, andar, siempre dejando un poco de sí en cada paso, y ni siquiera poder decidir ni cuánto de sí dejan atrás ni si ese desgaste tiene sentido. Se me ocurre como una triste metáfora de mi propio andar, cada día, a lugares inútiles que toman demasiado de mi y me devuelven tan poco. Y aunque que sé que lo decido, todo está estructurado de modo que parece una obligación, qué dios nos ayude, parece incluso algo meritorio.

Al menos mis zapatos podrían tener la ilusión de que, si no caminaran, si se quedaran en casa, si los metieran en una cámara cerrada, vivirían para siempre. Yo no. Para mi el tiempo pasa, no importa qué, y nunca puedo volver atrás. Para mi desgracia y para mi dicha.

¿A quién le reclaman mis zapatos tantos pasos perdidos, llegando a ninguna parte? ¿Y a quién le reclamo yo todos estos meses, sí, quizás, años, de andar y andar, ir y volver y no llegar nunca... a tus brazos?

No comments: